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Con la llegada de la pandemia nuestras vidas se han visto envueltas en profundos cambios, incluyendo cambios a nivel de nuestras emociones. Algunos de ellos son alimentados por el miedo a contagiarnos y la posibilidad latente de contagiar a las personas que nos son cercanas y más vulnerables a los efectos del virus.
“Apenas me enteré me puse mal por eso, […] fueron días de mucha angustia por creer que podría haber sido la fuente de contagio de otro”. – Testimonio de un paciente positivo por COVID.
Sin embargo, los expertos apuntan que ese miedo puede operar como regulador de nuestro comportamiento de cara a prevenir un posible contagio. Pero, en caso de contagiarnos y contagiar a nuestros seres queridos: ¿Cómo lidiar con la culpa?
Desde el psicoanálisis se explica la culpa como una característica inherente al ser humano que tiene su génesis en los procesos de autorregulación de la vida en sociedad, y el deber de asumir las responsabilidades de actuar en consecuencia. La culpa surge ante la dificultad de lidiar con esa responsabilidad, sentimiento que se ve intensificado por factores propios de la pandemia como la incertidumbre a la novedad y la falta de información precisa al respecto.
Sentir culpa en exceso conduce a comportamientos de autocastigo y puede provocar cuadros de angustia, ansiedad y síntomas físicos como tensión y agotamiento.
Para lidiar con la culpa no existen formulas mágicas, pero los especialistas en salud mental recomiendan enfocarse en tratar de discernir si la culpa, en efecto, proviene de un sentimiento arraigado a la responsabilidad o si, por el contrario, viene desde otra fuente. En tanto la culpa está ligada al silencio, la posibilidad de dialogar con otra persona al respecto es una opción que puede ayudar a disipar ese sentimiento.
En aras de procurar una higiene emocional en las personas que sienten culpa por haber contagiado a sus seres queridos, se recomienda contrastar la parte de la responsabilidad en el sentimiento, con la creencia personal de que uno puede afectar o hacer daño a los demás.
En definitiva, se llama la atención a ser cuidadosos y responsables con nosotros mismos a nivel físico y emocional.