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Los accidentes de tránsito, ocurren de manera inesperada y al sufrir éste, inicia un duro proceso de adaptación de la nueva situación, sobre todo cuando hay lesiones a nivel físico que impiden seguir con una vida normal. Otros casos pueden ser leves lo cual puede generar fobias y trastornos emocionales que pueden ser determinantes en el resto de nuestra vida.

Por desgracia, la mayoría de accidentes de tránsito, dejan grandes secuelas tanto para la víctima como el conductor y es recomendable conocer cuales son las respuestas comunes en estos casos y los tratamientos de ayuda psicológica para controlar sentimientos y pensamientos lo cual llevará a una mejor recuperación a nivel mental.

Un accidente o cualquier otro acontecimiento súbito provocan un shock en la persona que lo sufre o que se ve involucrado, generando conmoción de lo sucedido durante los primeros días desde que ocurra el hecho. Una vez que estas sensaciones han desaparecido, puede haber sensaciones que varían según la personalidad de la persona afectada como por ejemplo:

  • Irritabilidad en el carácter.
  • Cambios bruscos en el estado de ánimo.
  • Ansiedad, nerviosismo o depresión.
  • Dolores de cabeza o vómitos si el estrés post-traumático es demasiado fuerte.
  • Dificultad para conciliar el sueño y concentrarse.
  • Periodos de confusión.
  • Pérdida del apetito.
  • Aislamiento y generación de problemas en las relaciones personales.

Algunas personas tienen la suficiente capacidad para manejar de forma efectiva sus emociones, pero otras necesitan apoyo de un profesional de salud mental perfectamente capacitado y experimentado, también se pueden adoptar otras medidas para conseguir la recuperación del bienestar emocional lo antes posible, lo cual se recomienda compartir momentos con amigos y familiares, intentar exteriorizar todo lo que se siente, formar parte de un grupo que haya pasado por experiencias similares.

Redacción GEP. Visite el sitio original de la nota | Fuente: mapfre.es