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Cuando existe maltrato, agresión, discusión en pareja, los más afectados de esta situación son los más chicos, pudiendo generar traumas, sobre todo cuando se genera a diario.

Es importante tener presente, que la forma en que se lleva las diferencias y más si se realiza de manera equivocada, puede generar un impacto en la salud mental del menor y como resultado, los niños pueden ser agresivos, ansiosos, tristes o callados.

El tipo de peleas o discrepancia puede causar un efecto negativo en su salud mental, emocional y su desarrollo. Los niños entienden y escuchan el estado de ánimo, por lo que es bueno calmarlos y decirles que las peleas son normales en una relación, dejando claridad que no es culpa de ellos.

Es imprescindible tener en cuenta que los hijos aprenderán a relacionarse según lo que vean de sus adultos de referencia. Esto es, que adquirirán sus habilidades para negociar en función de la capacidad de esas personas para incorporar dicha herramienta en su vida cotidiana.

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