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Viajar se considera como uno de los planes más agradables para muchos, brindando la oportunidad de descansar en lugares desconocidos, explorar destinos novedosos, conocer personas, probar diversas gastronomías, disfrutar de paisajes inexplorados y sumergirse en idiomas y acentos variados. Cada travesía representa una ocasión para adquirir historias fascinantes.

Aunque en algunas ocasiones pueda resultar agotador, es evidente que nunca se torna monótono, salvo por las habituales paradas en autobuses y aviones. La emoción de aventurarse por nuevos caminos, ya sea en una playa, un desierto o en la montaña, puede ser verdaderamente estimulante.

No obstante, el período de vacaciones tiene su límite y llega el momento de retornar a casa. Para algunos, este regreso puede conllevar complicaciones, especialmente cuando la melancolía por dejar atrás esos días tan diferentes se hace presente.

Según el psicólogo español Francisco Hidalgo Díaz, el síndrome post vacacional no debe ser considerado como una enfermedad, sino como un proceso adaptativo a la vida laboral después de las vacaciones, lo cual puede resultar desafiante para algunas personas.

«El síndrome post vacacional tiene una duración de 2 o 3 días de 21. Este es el período natural para adaptarse a un cambio y que vuelva a ser un hábito. Sin embargo, si esta situación de no adaptación continúa en el tiempo y se repite cada año, pueden llegar a desarrollarse trastornos de ansiedad o depresión», destaca el especialista en el blog de salud del centro de psicología ‘Avanza’ en Sevilla.

Para identificarlo, es posible prestar atención a las siguientes señales tras regresar del viaje:

  • Fatiga generalizada y falta de energía.
  • Alteraciones del apetito y el sueño.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Disminución del rendimiento y la productividad.
  • Tristeza o decaimiento y falta de motivación.

¿Cómo afrontar la depresión posvacacional?

Para mitigar esta amarga sensación, la médica familiar y comunitaria Elisabeth Herrero Vila, en el portal de salud de la aseguradora ‘Mapfre’, sugiere mantener y realizar algunas actividades que contribuyan a alejar el sentimiento de tristeza y melancolía a medida que transcurren los días.

Entre ellas, se encuentra la posibilidad de crear o retomar la rutina diaria de manera progresiva, estableciendo pequeñas metas que faciliten la adaptación a la vida académica o laboral nuevamente. Por lo tanto, también es necesario conservar la rutina que se tenía antes de partir.

Asimismo, las relaciones interpersonales desempeñan un papel fundamental. Compartir con amigos, pareja y familiares siempre que sea posible, dado que el apoyo emocional de los seres queridos contribuye a dirigir los pensamientos hacia otros momentos de interés, distrayéndonos de esa sensación.

Por otro lado, dedicar parte del tiempo a la incorporación de actividades físicas puede ayudar a mejorar este malestar emocional. Según ‘Mayo Clinic’, el ejercicio contribuye a combatir estos síntomas mediante la liberación de endorfinas, sustancias químicas cerebrales naturales similares a los cannabinoides endógenos, que pueden mejorar la sensación de bienestar.

«El ejercicio ayuda a liberar endorfinas que lo hacen sentirse bien, sustancias químicas cerebrales naturales similares al cannabis (canabinoides endógenos) y otras sustancias químicas cerebrales que pueden mejorar su sensación de bienestar», señala la entidad en el portal.

Además, implementar ambientes de relajación, como la práctica de la meditación o el yoga, puede contribuir a aliviar la ansiedad, el estrés y a sentirse más tranquilo consigo mismo.

Es importante recordar que estas sugerencias no sustituyen la consulta con un especialista capacitado para proporcionar las herramientas necesarias para abordar cualquier inquietud relacionada con este tema. Por lo tanto, lo más conveniente es buscar la orientación de un médico de cabecera especializado en salud mental.

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