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Una propuesta legislativa en Colombia, liderada por la senadora Norma Hurtado, busca modificar el Código Nacional de Tránsito para mejorar la seguridad de los menores en vehículos particulares. El proyecto de ley 057 de 2024 establece la obligatoriedad del uso de Sistemas de Retención Infantil (SRI) para niños menores de 12 años que midan menos de 150 centímetros, prohibiendo además que viajen en el asiento delantero si no alcanzan esa estatura. El incumplimiento podría conllevar multas de hasta $1.950.000 COP y la inmovilización del vehículo.
Esta iniciativa surge en respuesta a alarmantes estadísticas que revelan que los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte entre niños de 5 a 15 años en Colombia. En 2023, se registraron 35 menores fallecidos y 226 heridos en accidentes viales, mientras que en el primer semestre de 2024, 18 menores perdieron la vida y 66 resultaron lesionados. Según la ANSV, el 40% de los menores fallecidos no utilizaban un SRI, evidenciando la necesidad de medidas más estrictas.
El proyecto propone que todos los menores que no superen los 150 centímetros de altura utilicen un SRI en el asiento trasero, siguiendo estándares técnicos que definirá el Gobierno. Estos dispositivos están diseñados para proteger a los niños en caso de colisión, distribuyendo las fuerzas de impacto y reduciendo significativamente el riesgo de lesiones graves. Los estudios indican que los SRI orientados hacia atrás pueden reducir el riesgo de lesiones en un 95% en niños de 0 a 2 años, mientras que los orientados hacia adelante disminuyen el riesgo en un 60% para niños mayores, siempre y cuando se utilicen en vehículos con cinturones de tres puntos o anclajes Isofix o Latch.
Aunque la implementación de esta normativa implicará un costo adicional para los conductores, expertos como María Fernanda Ramírez destacan su importancia para garantizar la seguridad de los menores. Actualmente, en Colombia el uso de SRI se limita mayormente a bebés, dejando desprotegidos a los niños mayores. Además de la multa económica, la inmovilización del vehículo podría generar mayores inconvenientes para los infractores.
En comparación con países como Estados Unidos, donde las regulaciones de seguridad vial infantil son estrictas, en Latinoamérica estas medidas aún son insuficientes. Esta propuesta busca cerrar esa brecha y alinearse con estándares internacionales, aunque su éxito dependerá de la capacidad de las autoridades para garantizar su cumplimiento mediante controles y vigilancia.
La educación y la sensibilización sobre los beneficios de los SRI serán fundamentales para el éxito de esta iniciativa. Los vehículos están diseñados para adultos, por lo que es indispensable usar dispositivos adaptados para proteger a los menores, especialmente a aquellos con estaturas inferiores a 150 centímetros. Además, los SRI deben ser seleccionados según las características físicas de cada niño y reemplazados tras un accidente, ya que pierden su efectividad.
El proyecto de ley, que avanza hacia su segundo debate, genera grandes expectativas. De aprobarse, podría marcar un antes y un después en la seguridad vial infantil en Colombia, requiriendo un esfuerzo conjunto entre el gobierno, los conductores y las organizaciones civiles para garantizar su aplicación efectiva y proteger a los más vulnerables en las carreteras.