La capital colombiana atraviesa una situación alarmante en materia de seguridad para los usuarios de bicicleta. Durante el presente año, se han documentado 866 eventos de tránsito que han afectado a este sector de la población, resultando en el fallecimiento de 25 personas y más de 700 ciclistas con diferentes tipos de lesiones.
Ante esta problemática, las fuerzas policiales han desarrollado una estrategia integral que incluye más de 50 jornadas educativas enfocadas en los biciusuarios. El teniente coronel John Silva, quien dirige la sección de Tránsito policial en Bogotá, explica que estas iniciativas buscan crear conciencia sobre la importancia del respeto vial, la prevención y el cuidado personal.
Como resultado de estos operativos, se han aplicado más de 5,000 sanciones de tránsito. Las violaciones más frecuentes incluyen el transporte de elementos que obstaculizan la visión del ciclista, circular por áreas restringidas y el uso inadecuado de las aceras, especialmente cuando hay ciclorrutas disponibles.
Las recomendaciones oficiales para los ciclistas abarcan el uso obligatorio de elementos de protección como casco, vestimenta reflectante, sistemas de iluminación frontal y posterior, además de protecciones para codos y rodillas. También se enfatiza la necesidad de utilizar correctamente la infraestructura ciclística y evitar compartir espacio con vehículos motorizados cuando existen alternativas exclusivas.
Un aspecto fundamental de esta campaña es la promoción de la denominada «regla de la vida», que obliga a los conductores a mantener un espacio mínimo de metro y medio al rebasar a un ciclista. Esta normativa pretende disminuir los riesgos asociados con los ángulos muertos de visión, particularmente problemáticos con vehículos de gran tamaño y transporte colectivo.
La efectividad de estas medidas depende tanto del compromiso de las autoridades como de la responsabilidad ciudadana. Aunque la ciudad ha invertido en crear infraestructura especializada para ciclistas, el uso apropiado de estos espacios y el respeto entre todos los actores del tráfico son elementos clave para lograr una movilidad más segura y ambientalmente responsable en Bogotá.